
En sus experimentos con más de 360 sujetos, Knobloch-Westerwick y sus colegas comprobaron que “cuanto más triste era el argumento, más aumentaba la satisfacción de los espectadores con su propia vida y los niveles de felicidad al abandonar la sala”. Los científicos lo relacionan con estudios psicológicos recientes que sugieren que los estados de ánimo negativo invitan a la gente “a pensar de manera más crítica sobre tu propia situación, y a apreciar más lo que tienen”. “Los dramas del celuloide nos hacen pensar en los seres queridos y eso nos hace sentir inmediatamente felices”, subraya Knobloch-Westerwick.
He sacado esta información de la siguiente página: http://www.muyinteresante.es/iver-peliculas-tristes-nos-hace-sentir-bien
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