sábado, 25 de mayo de 2013

Fabricar zapatillas de deporte contamina más que una bombilla de 100 vatios encendida durante una semana


Fabricar un par de zapatillas de deporte genera en torno a 13.600 gramos de emisiones de dióxido de carbono, es decir, el equivalente a mantener permanentemente encendida una bombilla de 100 vatios durante una semana. Es lo que se desprende de un nuevo estudio realizado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Lo más sorprendente del cálculo no es la gran huella de carbono asociada al calzado deportivo, sino que dos tercios del impacto medioambiental de los zapatos que usamos para correr derivan de los procesos de fabricación, y solo un porcentaje muy pequeño está relacionado con la obtención los materiales. Y esto, tratándose de un producto relativamente simple, resulta cuanto menos desconcertante.
Para explicarlo, Randolph Kirchain, investigador del Laboratorio de Sistemas Materiales del MIT, ha desglosado los pasos necesarios para obtener unas zapatillas de deporte corrientes y ha identificado que una parte importante de los fabricantes de este calzado se encuentra en China, donde la principal fuente de electricidad es el carbón, más contaminante que otras alternativas. Además, para fabricar cada zapato hacen falta en torno a 360 pasos de ensamblaje. La obtención del material, mayoritariamente poliéster y poliuretano, es, sin embargo, mucho más fácil (y sostenible).

Kirchain, que ha dado a conocer sus conclusiones en la revista especializada 
Journal of Cleaner Production, asegura que es necesario que los fabricantes de calzado deportivo identifiquen como podrían mejorar el diseño para reducir el número de pasos necesarios para su fabricación y, en consecuencia, la energía que consumen. 

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